domingo, 13 de octubre de 2013

La peritación de cimentaciones edificatorias (XIII)

La peritación de los cimientos (XIII)

El recalce de cimentaciones


El 50 por ciento de los siniestros producidos por daños en cimentaciones superficiales y el 85 % de los producidos por daños en cimentaciones profundas se deben a alguna de las siguientes causas:
  • la inexistencia o inadecuación de un reconocimiento completo del terreno
  • la mala interpretación de un reconocimiento realizado.

Los recalces

En general, se entiende por recalce la acción y el efecto de reparar los cimientos de un edificio ya construido. Los recalces responden a la necesidad de resolver alguno de los siguientes grupos de problemas:
  • problemas derivados de deficiencias o deterioro de los cimientos
  • problemas derivados de la insuficiencia, ya sea inicial o acaecida, de la capacidad de carga el terreno.

Si los problemas están asociados a la insuficiencia o deterioro de la cimentación, el recalce perseguirá la consecución de las características geométricas, físicas o estructurales que debieron estar inicialmente presentes, mediante sistemas como los siguientes:
  • la sustitución del elemento de cimentación por otro de características adecuadas
  • el refuerzo del elemento mediante zunchos perimetrales o vigas-cintura, en las que se aprovecha la retracción del hormigón con el fin de comprimir el elemento
  • el refuerzo del elemento mediante la introducción de armaduras con morteros inyectados.

Si los problemas se derivan de la insuficiencia de la capacidad de carga del terreno, el recalce buscará el equilibrio entre la carga que el cimiento transmite y la capacidad del terreno que la recibe, manteniendo determinado margen de seguridad. Para encontrar dicho equilibrio, el recalce podrá ejecutarse según alguno de los sistemas siguientes:
  • por ampliación de la superficie efectiva del área cargada (recalces superficiales)
  • por transmisión de cargas a estratos más profundos (recalces profundos)
  • por mejora de la resistencia del terreno, normalmente mediante inyecciones de productos seleccionados en función de la naturaleza del suelo y de la tolerancia admisible del edificio (cemento, arcilla-cemento, gel de bentonita, ligno-cromo, emulsión bituminosa, gel de sílice, resinas acrílicas o fenólicas, etc.)
  • actuaciones especiales, como anclajes, congelación, gatos hidráulicos, etc.

La puesta en carga de los recalces

En la transmisión de las cargas a los nuevos elementos de cimentación es difícil evitar que se produzca asientos o deformaciones apreciables. Si el método de recalce ha consistido en la ampliación horizontal de elementos, el recalce sólo empezará a trabajar cuando se produzca nuevos asientos, por lo que su eficacia sólo será parcial. Si el recalce se ejecuta por bataches, la transmisión de las cargas se produce progresivamente a medida que los pozos van siendo sustituidos, de modo que debe procurarse la realización simultánea de varios bataches cada vez, a fin de evitar que se produzca asientos excesivos por concentración de cargas.
Arquitecto perito












Daniel Trujillano, Arquitecto

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